sábado, 23 de noviembre de 2013

El bombardero que se estrelló en Andratx (Mallorca).

Amado Carbonell Santos


Antes de comenzar a escribir sobre este suceso, quisiera agradecer al departamento de Patrimonio del ayuntamiento de Andratx, concretamente al Sr Joan Carles Lladó, que me facilitó la información sobre este suceso, el cual esta detalladamente descrito en la publicación del propio ayuntamiento titulado como “Actes de les I jornadesd´estudislocalsd´Andratx”, de la mano del señor MateuAlzina Oliver. 

Dicho suceso, se podría describir en base a esta obra de esta manera…

A las 17 horas de la tarde del 31 de Mayo de 1937, una flotilla de tres bombarderos modelo Potez 540 procedentes de la base aérea de Lérida, se dirigía hacia la capital mallorquina de Palma, entrando por la vertical de Son Rapiña, con la intención de bombardear el cuartel de intendencia que se hallaba situado junto a la iglesia del Socorro. Tras divisar su objetivo y lanzar su mortífera carga, no lograron que ninguna de las bombas liberadas hicieran impacto en el citado edificio, pero por desgracia, sí que alcanzaron diversos puntos de la capital, donde causaron destrozos cuantiosos, y segaron la vida de doce personas, incluida una niña de siete años.


Fotografía de un bombardero POTEZ 540. Fuente: www.2iemeguerre.com

Tras haber cumplido su misión de bombardeo, la flotilla puso rumbo hacia la costa de poniente, tratando de salir del espacio aéreo palmesano y regresar a la zona de alta mar.
Por supuesto, el ejército nacionalista no iba a quedarse con los brazos cruzados, al poco tiempo de abandonar el espacio aéreo palmesano, un caza biplano Fiat CR-32 despegaba de la base de Son Bonet, pilotado por el teniente Gatti, dispuesto a perseguir a la pequeña flotilla de bombarderos que trataban de alcanzar la costa.

Dicho modelo de avión cazabombardero, fue bautizado con el nombre de “Xirri” y era capaz de alcanzar velocidades de hasta 390 km/h, moviéndose en un radio de acción de 780 km. Con tales características, no le fué difícil alcanzar a los Potez en su huída mientras sobrevolaban la localidad mallorquina de Andratx, momento en el que el pequeño aeroplano abrió fuego sobre el bombardero copilotado por el capitán checoslovacoJanFerak, haciendo que sus proyectiles de 12,7 mm impactasen en uno de los motores y el fuselaje que estaba constituido por una simple capa de tela tensada sobre un armazón de aluminio desprovisto de blindaje.


Imagen de un caza FIAT CR-32. Fuente: www.planetadeaficiones.com

Herido de gravedad, al avión de Ferak comenzó a perder altura, dejando un rastro de humo oscuro que no dejó indiferentes a los habitantes de la localidad, que salían de sus casas para saber que era aquel estruendo. En el momento que ya estaba a punto de tocar tierra, el bombardero rozó con su panza las ramas superiores de la copa de uno de los pinos, chocó con el tronco de otro árbol, y finalmente terminó impactando con una verja e incendiándose prácticamente por completo. 

Según los testigos del lugar, mientras el avión grande caía, el pequeño que le perseguía continuaba disparando, haciendo sus alas y el fuselaje se fuesen desgajando en trozos y girones de tela.
De entre los amasijos de metal retorcido, solo pudo escapar un superviviente, el propio JanFerak, que desconocía en que pueblo se encontraba, y nada más ver llegar a uno de los lugareños, le preguntó con su acento checo en que pueblo se encontraba;  el hombre lo miró de forma seria y le señalaba al asno que había escapado de la finca por el estruendo formado por el impacto.
Dentro del avión, quedaron aprisionados el piloto y el mecánico de abordo, que murieron calcinados y aplastados por el armazón.

La expectación en el pueblo fue tal, que incluso la profesora del lugar decidió llevar a los niños de excursión para que vieran un avión de combate de cerca. Cuando llegaron al lugar del accidente, estaban comenzando a levantar los hierros retorcidos del aparato, dejando ver el cuerpo mutilado de uno de los tripulantes que había quedado atrapado bajo el mismo.


Ilustración de un FIAT CR-32 Falangista tras derribar a un avión enemigo. Fuente: www.imageshack.us

En el aeropuerto de Son Bonet, el personal de pista observaba como el FIAT  CR-32 regresaba haciendo piruetas y cabriolas, celebrando su victoria sobre uno de los aviones enemigos.
Al llegar al puesto de mando del aeropuerto, comunicó que el avión había caído sobre la localidad de Andratx, concretamente sobre la zona que se conoce como “Es Campás”.
Los lugareños no salían de su asombro, un avión de combate republicano había caído sobre aquellas apacibles tierras…

Finalmente, el fuego fue extinguido y lo único que quedó junto a la verja fueron los dos motores y el armazón de aluminio. El herrero local, Miquel Covas, fue designado para recoger todos los restos del armazón y de los motores del Potez 540, cargarlos en un camión del ejército y llevarlo a las dependencias militares de Son Bonet.
Lo curioso de este suceso, es que el propio herrero, y el barbero del pueblo que era conocido de sobrenombre como “Pere Ramona”, eran muy habilidosos trabajando el metal; tanto, que decidieron recoger pedazos del armazón de la aeronave, y comenzaron a forjar anillos, llaves para puertas, collares, herramientas, tenedores, cuchillos, etc…, utensilios que todavía hoy se pueden encontrar en el pequeño pueblo andritxol de s´Arracó. Siendo estos objetos recordados como partes del avión d´esCampás.

Al dia siguiente, el periódico “El día” relataba lo sucedido con el siguiente titular:
“Cuando el avión rojo, cumplido ya su criminal intento, abandonaba la isla salió persiguiéndole uno de nuestros cazas, que entabló con él batalla envolviéndole y atacando sañudamente, valerosamente hasta lograr por haber herido al piloto o los mandos que el avión tuviera que aterrizar y no con normalidad”.
El capitán JanFerak fue conducido hasta el hotel Can Rico donde fue reconocido por un cirujano del ejército en la sala de curas del establecimiento. Horas más tarde, Gatti, el piloto del caza que lo había derribado fue a saludarlo, y los dos posaron desde el balcón para que la prensa los fotografiara. Ferak tenía toda la cara manchada de yodo por las curas que le había realizado el médico.

Poco después, el checoslovaco fue conducido a un hospital de Palma, custodiado por monjas que se extrañaron al ver a su nuevo “huésped”. Fue alojado en una de las habitaciones que se usaban para amedrentar a los pacientes con problemas mentales; concretamente, en la celda numero 156.
Cuando fue dado de alta el 5 de junio de 1937, Ferak se dirigió a las monjas y les dijo: “…Por cada pitillo que me habéis dado, os tiraré una bomba…”. Pues él les había repetido una y otra vez que también era un creyente católico, y ellas le contestaban, que si realmente era un hombre católico, porque lanzaba bombas contra gente inocente.


Jan Ferak junto a uno de los bombarderos republicanos. Fuente: www.oocities.org

El día 19 de Junio, fue llevado al Castillo de Bellver donde se usó como moneda de cambio para liberar de las manos republicanas a un prisionero falangista, que había sido encarcelado en Mahón.
Nada más se supo de JanFerak, algunas historias cuentan que murió en uno de los bombardeos sobre la península ibérica, pero que algunos años antes, hizo una ofrenda a sus compañeros de misión cuando sobrevoló por última vez los cielos de Mallorca.
A día de hoy, nadie sabe decir a ciencia cierta donde está el punto exacto del accidente del Potez 540, pero lo que si podemos afirmar, es que fue un suceso que alteró la pacífica vida de la villa de Andratx, y que todavía se pueden encontrar en algunas casas de pueblo, los utensilios que se fabricaron con el metal del armazón de aquel avión derribado.

Texto basado en la publicación de Mateu Alzina Oliver, en la obra:

“Actes de les I jornades d´estudis locals d´Andratx”.

Ed.: Ajuntament d´Andratx.

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