Antes de comenzar a escribir sobre este suceso, quisiera
agradecer al departamento de Patrimonio del ayuntamiento de Andratx,
concretamente al Sr Joan Carles Lladó, que me facilitó la
información sobre este suceso, el cual esta detalladamente descrito en la
publicación del propio ayuntamiento titulado como “Actes de les I
jornadesd´estudislocalsd´Andratx”, de la mano del señor MateuAlzina Oliver.
Dicho suceso, se podría describir en base a esta obra de
esta manera…
A las 17 horas de la tarde del 31 de Mayo de 1937, una
flotilla de tres bombarderos modelo Potez 540 procedentes de la base aérea de
Lérida, se dirigía hacia la capital mallorquina de Palma, entrando por la
vertical de Son Rapiña, con la intención de bombardear el cuartel de
intendencia que se hallaba situado junto a la iglesia del Socorro. Tras divisar
su objetivo y lanzar su mortífera carga, no lograron que ninguna de las bombas
liberadas hicieran impacto en el citado edificio, pero por desgracia, sí que
alcanzaron diversos puntos de la capital, donde causaron destrozos cuantiosos,
y segaron la vida de doce personas, incluida una niña de siete años.
Fotografía de un bombardero POTEZ 540. Fuente: www.2iemeguerre.com |
Tras haber cumplido su misión de bombardeo, la flotilla puso
rumbo hacia la costa de poniente, tratando de salir del espacio aéreo palmesano
y regresar a la zona de alta mar.
Por supuesto, el ejército nacionalista no iba a quedarse con
los brazos cruzados, al poco tiempo de abandonar el espacio aéreo palmesano, un
caza biplano Fiat CR-32 despegaba de la base de Son Bonet, pilotado por el
teniente Gatti, dispuesto a perseguir a la pequeña flotilla de bombarderos que
trataban de alcanzar la costa.
Dicho modelo de avión cazabombardero, fue bautizado con el
nombre de “Xirri” y era capaz de alcanzar velocidades de hasta 390 km/h,
moviéndose en un radio de acción de 780 km. Con tales características, no le
fué difícil alcanzar a los Potez en su huída mientras sobrevolaban la localidad
mallorquina de Andratx, momento en el que el pequeño aeroplano abrió fuego
sobre el bombardero copilotado por el capitán checoslovacoJanFerak, haciendo
que sus proyectiles de 12,7 mm impactasen en uno de los motores y el fuselaje
que estaba constituido por una simple capa de tela tensada sobre un armazón de
aluminio desprovisto de blindaje.
Imagen de un caza FIAT CR-32. Fuente: www.planetadeaficiones.com |
Herido de gravedad, al avión de Ferak comenzó a perder
altura, dejando un rastro de humo oscuro que no dejó indiferentes a los
habitantes de la localidad, que salían de sus casas para saber que era aquel
estruendo. En el momento que ya estaba a punto de tocar tierra, el bombardero
rozó con su panza las ramas superiores de la copa de uno de los pinos, chocó
con el tronco de otro árbol, y finalmente terminó impactando con una verja e
incendiándose prácticamente por completo.
Según los testigos del lugar, mientras el avión grande caía,
el pequeño que le perseguía continuaba disparando, haciendo sus alas y el fuselaje
se fuesen desgajando en trozos y girones de tela.
De entre los amasijos de metal retorcido, solo pudo escapar un
superviviente, el propio JanFerak, que desconocía en que pueblo se encontraba,
y nada más ver llegar a uno de los lugareños, le preguntó con su acento checo en
que pueblo se encontraba; el hombre lo
miró de forma seria y le señalaba al asno que había escapado de la finca por el
estruendo formado por el impacto.
Dentro del avión, quedaron aprisionados el piloto y el
mecánico de abordo, que murieron calcinados y aplastados por el armazón.
La expectación en el pueblo fue tal, que incluso la
profesora del lugar decidió llevar a los niños de excursión para que vieran un
avión de combate de cerca. Cuando llegaron al lugar del accidente, estaban
comenzando a levantar los hierros retorcidos del aparato, dejando ver el cuerpo
mutilado de uno de los tripulantes que había quedado atrapado bajo el mismo.
Ilustración de un FIAT CR-32 Falangista tras derribar a un avión enemigo. Fuente: www.imageshack.us |
En el aeropuerto de Son Bonet, el personal de pista
observaba como el FIAT CR-32 regresaba
haciendo piruetas y cabriolas, celebrando su victoria sobre uno de los aviones
enemigos.
Al llegar al puesto de mando del aeropuerto, comunicó que el
avión había caído sobre la localidad de Andratx, concretamente sobre la zona
que se conoce como “Es Campás”.
Los lugareños no salían de su asombro, un avión de combate
republicano había caído sobre aquellas apacibles tierras…
Finalmente, el fuego fue extinguido y lo único que quedó
junto a la verja fueron los dos motores y el armazón de aluminio. El herrero
local, Miquel Covas, fue designado para recoger todos los restos del armazón y
de los motores del Potez 540, cargarlos en un camión del ejército y llevarlo a
las dependencias militares de Son Bonet.
Lo curioso de este suceso, es que el propio herrero, y el
barbero del pueblo que era conocido de sobrenombre como “Pere Ramona”, eran muy
habilidosos trabajando el metal; tanto, que decidieron recoger pedazos del
armazón de la aeronave, y comenzaron a forjar anillos, llaves para puertas,
collares, herramientas, tenedores, cuchillos, etc…, utensilios que todavía hoy
se pueden encontrar en el pequeño pueblo andritxol de s´Arracó. Siendo estos
objetos recordados como partes del avión d´esCampás.
Al dia siguiente, el periódico “El día” relataba lo sucedido
con el siguiente titular:
“Cuando el avión rojo, cumplido ya su criminal intento,
abandonaba la isla salió persiguiéndole uno de nuestros cazas, que entabló con
él batalla envolviéndole y atacando sañudamente, valerosamente hasta lograr por
haber herido al piloto o los mandos que el avión tuviera que aterrizar y no con
normalidad”.
El capitán JanFerak fue conducido hasta el hotel Can Rico
donde fue reconocido por un cirujano del ejército en la sala de curas del
establecimiento. Horas más tarde, Gatti, el piloto del caza que lo había
derribado fue a saludarlo, y los dos posaron desde el balcón para que la prensa
los fotografiara. Ferak tenía toda la cara manchada de yodo por las curas que
le había realizado el médico.
Poco después, el checoslovaco fue conducido a un hospital de
Palma, custodiado por monjas que se extrañaron al ver a su nuevo “huésped”. Fue
alojado en una de las habitaciones que se usaban para amedrentar a los
pacientes con problemas mentales; concretamente, en la celda numero 156.
Cuando fue dado de alta el 5 de junio de 1937, Ferak se
dirigió a las monjas y les dijo: “…Por cada pitillo que me habéis dado, os
tiraré una bomba…”. Pues él les había repetido una y otra vez que también era
un creyente católico, y ellas le contestaban, que si realmente era un hombre
católico, porque lanzaba bombas contra gente inocente.
Jan Ferak junto a uno de los bombarderos republicanos. Fuente: www.oocities.org |
El día 19 de Junio, fue llevado al Castillo de Bellver donde
se usó como moneda de cambio para liberar de las manos republicanas a un
prisionero falangista, que había sido encarcelado en Mahón.
Nada más se supo de JanFerak, algunas historias cuentan que
murió en uno de los bombardeos sobre la península ibérica, pero que algunos
años antes, hizo una ofrenda a sus compañeros de misión cuando sobrevoló por
última vez los cielos de Mallorca.
A día de hoy, nadie sabe decir a ciencia cierta donde está
el punto exacto del accidente del Potez 540, pero lo que si podemos afirmar, es
que fue un suceso que alteró la pacífica vida de la villa de Andratx, y que
todavía se pueden encontrar en algunas casas de pueblo, los utensilios que se
fabricaron con el metal del armazón de aquel avión derribado.
Texto basado en la publicación de Mateu Alzina Oliver, en la
obra:
“Actes de les I jornades d´estudis locals d´Andratx”.
Ed.: Ajuntament d´Andratx.
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