Amado Carbonell Santos
La Segunda Guerra Mundial, nos dejó un buen ejemplo de lo que no podemos permitir que vuelva a repetirse, tanto con el alzamiento al poder de un gobierno como Nacional Socialismo, como con el terrible holocausto.
La Segunda Guerra Mundial, nos dejó un buen ejemplo de lo que no podemos permitir que vuelva a repetirse, tanto con el alzamiento al poder de un gobierno como Nacional Socialismo, como con el terrible holocausto.
Pero también nos ha dejado momentos
muy emotivos…
Uno de ellos es el que se produjo hace
unas semanas en una pequeña ciudad rusa, donde se instaló un
monumento en honor a los soldados soviéticos caídos en combate. El
cual era un tanque T-34/85 que luchó en una de las batallas de
carros de combate más famosas de la historia, la batalla de Kursk.
Veterano de guerra soviético postrado junto a su carro de combate. Fuente: www.taringa.net |
El hombre que aparece en la fotografía,
es un veterano de guerra soviético que cayó al suelo emocionado
tras contemplar dicho monumento, el cual, fue su carro de combate
durante su época militar. Reconoció que era su carro de combate,
porque durante su época de servicio, grabó su nombre en el blindaje
usando un soplete.
Es imposible imaginar las sensaciones o
recuerdos que revivió ese hombre, en el momento en que fue
consciente de que era el blindado con el que luchó, junto a sus
compañeros y camaradas, para que los tanques y tropas alemanas no
consiguieran alcanzar su objetivo: Invadir la capital rusa (Moscú),
junto con sus reservas de combustible y petróleo, situadas al
suroeste del país.
Tanques alemanes avanzando durante la batalla de Kursk. Fuente: www.batallasdeguerra.com |
Tanques alemanes tipo Panzer VI. Fuente: www.batallasdeguerra.com |
Tanques soviéticos tipo T-34/76. Fuente: www.batallasdeguerra.com |
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